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Un proyecto de Precipita busca un tratamiento eficaz para la fenilcetonuria
La Universidad de Zaragoza ha lanzado su cuarto proyecto de investigación de crowdfunding con el objetivo de buscar un tratamiento eficaz y personalizado para la fenilcetonuria, una enfermedad rara que afecta a uno de cada 10.000 recién nacidos, y que si no se trata a tiempo, origina daños neurológicos muy graves, como retraso mental y daños cerebrales.
Hoy en día, los diagnosticados con esta deficiencia enzimática mediante “la prueba del talón” están obligados a seguir una estricta dieta sin proteínas --con los déficits orgánicos que esto conlleva--, y además tan solo un tercio de los afectados responde al único fármaco existente hasta el momento.
Es ahí donde se enmarca el proyecto de crowdfunding “Ningún paciente de fenilcetonuria sin un tratamiento eficaz”, liderado por el bioquímico Javier Sancho, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular y director del Instituto de Investigación en Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, para evaluar nuevos compuestos que permitan la metabolización de la fenilalanina en aquellos pacientes en que el fármaco Kuvan no es eficaz.
La Universidad de Zaragoza ha lanzado el proyecto, que busca conseguir un mínimo de 4.000 euros en un plazo de 90 días, a través de Precipita, la plataforma pública para promover la financiación colectiva de la ciencia, desarrollada por FECYT. “Si contamos con el personal necesario para hacer los ensayos a buen ritmo, los resultados estarán listos en un año”, señala Javier Sancho.
Tanto si se consigue el objetivo mínimo (4.000 euros) como el óptimo (20.000 euros) o si se supera, las contribuciones se invertirán íntegramente en la contratación de un graduado en biotecnología u otras ciencias biológicas, que se encargará de realizar a tiempo completo los ensayos para determinar la eficacia de las nuevas chaperonas.
El papel de la fenilalanina
La fenilcetonuria es un trastorno metabólico hereditario que se caracteriza por la incapacidad del cuerpo de metabolizar adecuadamente un aminoácido, la fenilalanina, presente en prácticamente todas las proteínas y, por tanto, en la gran mayoría de alimentos (carnes, pescados, lácteos, huevos…). Al no poder metobolizarla, la fenilalanina se termina acumulando y resulta tóxica para el sistema nervioso. Si no se trata a tiempo, los niños sufren daños neurológicos muy graves, como retraso mental y daños cerebrales.
“El diagnóstico se hace con la conocida prueba del talón que se realiza a los recién nacidos en sus primeras horas de vida. Si se detecta la deficiencia enzimática, el niño debe seguir una estricta dieta durante toda su vida para evitar las principales manifestaciones de la enfermedad. Entre los alimentos que no puede comer están la leche, la carne, el pescado o los huevos. Además, estas restricciones afectan enormemente a la vida social de los afectados”, lamenta el catedrático Javier Sancho.
En estos momentos solo existe una terapia para esta enfermedad: el fármaco Kuvan. Sin embargo, únicamente un tercio de los enfermos responden a este tratamiento, debido a que cada paciente tiene una mutación concreta del gen.
Por ello, a partir de la detección precoz de la enfermedad, es necesario realizar pruebas adicionales para conocer la mutación concreta de cada paciente. Sólo así se puede ofrecer una terapia personalizada, más específica y con mejores resultados.
“Con este proyecto, vamos a evaluar la eficacia de nuevas chaperonas farmacológicas, que han sido identificadas ensayando uno a uno grandes colecciones de compuestos químicos” explica el director del BIFI, “y los más activos van a ser sintetizados para validar su eficacia en cultivos celulares y en modelos animales de la enfermedad”. “El objetivo último es que los pacientes puedan recibir terapia sin necesidad de suplementos alimentarios especiales o alimentos prohibidos”, concluye.
Colabora con el proyecto aquí.
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