Cómo reducir el miedo a las inyecciones de pacientes pediátricos

Viernes, 25 Octubre, 2019
Cómo reducir el miedo a las inyecciones de los pacientes pediátricos

La plataforma de crowdfunding de donación Precipita impulsa un proyecto de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) que estudia cómo reducir, mediante nuevas tecnologías, el miedo a las inyecciones que sufren los/las niños/as al someterles a una intervención médica.

El equipo de investigadoras, liderado por Marta Ferraz, trabaja en colaboración con la empresa valenciana Innoarea y el Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) y quiere evaluar si emplear un dispositivo de realidad virtual con el/la menor, mientras el personal de enfermería utiliza un visualizador de venas durante la punción, puede reducir su aprehensión a las agujas y, de esta forma, disminuir su dolor y estrés.

“Es frecuente que el paciente pediátrico sufra de ansiedad y estrés, sobre todo, en situaciones de urgencia y de hospitalización y ante procesos invasivos, como las técnicas de extracción sanguínea o de inyección de vacunas”, indica Marta Ferraz.

Para ello, van a utilizar un dispositivo visual adaptado a niños/as de 2 a 15 años que, mediante tecnología informática, genera un entorno de escenas u objetos de apariencia real. Se trata de mini-juegos que generan un grado de distracción tal que hace que el paciente no se altere por la presencia de agujas, médicos y enfermeras a su alrededor.

El proyecto combina esta tecnología con el empleo de un detector de venas ecográfico y de luz infrarroja, que proporciona, con imágenes en alta definición, una visualización directa mediante iluminación de venas durante todo el procedimiento de acceso vascular. El uso de estos dispositivos permite visualizar mejor el recorrido de los vasos del paciente pediátrico y disminuir el tiempo que dura la punción, así como facilitar esta técnica a los profesionales sanitarios.

A juicio de las investigadoras, esta técnica podría extrapolarse a otro tipo de intervenciones sanitarias. “Nuestra meta consiste en crear un protocolo validado y formar a profesionales sanitarios para implantar la técnica a nivel nacional”, concluye Marta Ferraz.

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