Ciencia, cultura y diplomacia unidas en “Embajadores para la ciencia”
En noviembre de 2017, arrancó la segunda edición de Embajadores para la Ciencia con diez parejas de científicos, diplomáticos y consejeros sectoriales que compartieron unas jornadas para conocer sus respectivos mundos profesionales. En febrero de 2018, las parejas pusieron en común sus experiencias en una última sesión.
Una de las parejas estuvo formada por el consejero para asuntos culturales y científicos de la Embajada de España en Londres Miguel Oliveros Torres y por el catedrático de biología sintética de la Universidad de Warwick Alfonso Jaramillo.
¿Cómo fueron sus respectivas visitas?
Miguel visitó a Alfonso a la Universidad de Warwick, en donde el científico dirige un grupo de investigación en biología sintética. Allí, el diplomático aprendió sobre la principal actividad del laboratorio de Alfonso, centrada en la modificación genética de virus inocuos para el ser humano para luchar contra las bacterias, uno de los retos del futuro ante la resistencia bacteriana a los antibióticos. También, Miguel observó otras posibles aplicaciones de la línea de investigación del científico como la lucha contra el envejecimiento o contra células cancerígenas. A lo largo de la jornada, Miguel visitó las instalaciones científicas de la universidad y mantuvo reuniones con diferentes investigadores españoles así como con responsables de la universidad.
Por su parte, Alfonso devolvió la visita a Miguel el 23 de noviembre a la Oficina para Asuntos Culturales y Científicos de la Embajada de España en Londres (OCSA). Por la mañana, ambos fueron al Museo Victoria y Alberto de Londres para reunirse con la investigadora española Ana Cabrera, de la que aprendieron sobre tejidos medievales y, en particular, sobre bordados, tintes y fibras. Todo ello como parte de la colaboración que el museo, la investigadora y la OCSA mantienen para la celebración de una conferencia de dos días en junio llamada “Collecting Spain”. Por la tarde, Alfonso acompañó a Miguel a las mismas instalaciones de la embajada. Ahí, el científico observó la gestión administrativa de las actividades culturales en las que está involucrada la oficina y que engloban campos tan diversos como el arte, la música, danza, teatro, cine, ciencia, etc. Alfonso se interesó especialmente por el desarrollo de las relaciones diplomáticas entre los países, a lo que Miguel le explicó los grados de actuación y medidas diplomáticas que se adoptan ante situaciones de creciente tensión diplomática entre países.
¿Qué aprendieron?
Miguel apuntó que “por la visita he constatado las dificultades y largos plazos de tiempo que conlleva la investigación científica y que, como toda actividad, están sujetas no sólo a trabajar con el método de ensayo-error, sino que además se añaden los factores administrativos y financieros que suponen importantes obstáculos. Si bien es cierto que Alfonso cuenta con buen respaldo, ya que se trata de un gran profesional reconocido internacionalmente y que está desarrollando una investigación puntera”.
Mientras tanto, Alfonso se mostró sorprendido por “la variedad de actuaciones de la oficina cultural y científica de la embajada y su compromiso por promocionar la cultura y ciencia española”. Su breve exposición al mundo diplomático le permitió concienciarse de “la complejidad de las respuestas diplomáticas cuando hay una escalada de tensión política entre dos o más países”.
¿Cómo pueden interaccionar sus respectivos campos profesionales?
Miguel explicó que “la relación entre sectores específicos y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación (MAEC) siempre ha sido una realidad. De hecho, todos los convenios en organismos internacionales han sido gestionados por el MAEC siendo convenientemente asesorado y respaldado por especialistas técnicos hasta que, en los años 2000, por Real Decreto, los demás ministerios asumieron competencias internacionales en sus correspondientes materias”.
Alfonso por su parte agradeció su paso por el programa: “tanto los seminarios formativos de los primeros días como los días que he estado con Miguel me han permitido saber cómo funciona una embajada y cómo la ciencia puede generar sinergias con la diplomacia a través de múltiples canales”.
En este sentido, Miguel Oliveros aseguró totalmente convencido que “la diplomacia científica es importante y provechosa para España”. En cuanto al programa “Embajadores para la ciencia”, Miguel destacó que “se trata de una excelente fórmula para poner en contacto administradores públicos y los intereses de los científicos españoles que actualmente están en el Reino Unido”.
Sobre “Embajadores para la Ciencia”.
“Embajadores para la ciencia” está organizado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y la Oficina para Asuntos Culturales y Científicos de la Embajada de España en Londres, con la colaboración de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU). Enmarcado dentro de los ejes de actuación de la FECYT sobre el fomento de la cultura científica y la divulgación y del apoyo a la internacionalización de la ciencia española, este es un programa piloto con el objetivo de extenderlo a otras delegaciones diplomáticas e incluso al Congreso de los Diputados y otras instituciones en España.
El desarrollo del programa se ha podido seguir en Twitter con la etiqueta #Amb4Sci.
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